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Cuando llega el calor, nuestra piel cambia… y nuestra rutina facial también debería hacerlo. El sudor, el sol, la humedad e incluso el aire acondicionado afectan al estado de la piel más de lo que parece. Lo que en invierno funcionaba a la perfección, puede resultar demasiado pesado o incluso contraproducente en verano.

¿Significa esto que tienes que cambiarlo todo? Para nada. Pero sí conviene ajustar ciertos pasos y productos para que tu piel se mantenga equilibrada, protegida y saludable durante los meses más cálidos del año.

En este artículo te contamos qué debes cambiar (y qué no) en tu rutina facial de verano, con consejos prácticos y adaptados a todo tipo de pieles.

Cambios habituales en la piel durante el verano

  • Mayor producción de sebo: el calor activa las glándulas sebáceas, lo que puede provocar brillos, poros obstruidos y más riesgo de acné.
  • Deshidratación por sudor: aunque la piel se vea más “húmeda”, puede perder agua con facilidad.
  • Mayor exposición solar: los rayos UV intensifican el envejecimiento cutáneo, aumentan el riesgo de manchas y dañan la barrera de la piel.
  • Sensibilidad por factores externos: el cloro, la sal del mar y el aire acondicionado también influyen.

No se trata de reinventar por completo tu skincare, sino de hacer pequeños ajustes que se adapten mejor al clima cálido. Estos son los cambios más importantes:

Cremas densas y aceites pesados pueden obstruir los poros cuando la piel ya está produciendo más grasa de lo normal.
➡️ Opta por geles, lociones o emulsiones ligeras, especialmente si tienes piel mixta o grasa.

En verano sudamos más, y la piel acumula residuos con mayor facilidad.
➡️ Elige un limpiador suave pero eficaz, que no reseque, pero sí controle el exceso de grasa. Si usas SPF alto, puede ser útil hacer doble limpieza por la noche.

El sol genera radicales libres que dañan la piel y aceleran el envejecimiento.
➡️ La vitamina C y otros antioxidantes ayudan a prevenir manchas, aportan luminosidad y protegen frente a los efectos del sol. Úsalos por la mañana antes del protector solar.

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Aunque el calor invite a simplificar, hay pasos que deben mantenerse todo el año, aunque adaptemos la textura o frecuencia. Saltarte estos pasos puede debilitar la barrera de la piel y empeorar su estado a largo plazo.

La hidratación sigue siendo clave

Mucha gente con piel grasa piensa que en verano no necesita hidratarse, pero es un error.
➡️ El sudor y el sol pueden deshidratar la piel, y si no le das agua, puede reaccionar produciendo más grasa.

🧴 Cambia tu crema por un gel hidratante ligero, pero no elimines este paso.

La limpieza diaria es fundamental

La limpieza no es negociable, incluso aunque no te maquilles.
➡️ En verano acumulamos más grasa, SPF, sudor y polución. Saltarse la limpieza puede derivar en poros obstruidos, puntos negros o brotes de acné.

Mantén la limpieza mañana y noche, adaptando el producto a tu tipo de piel.

La constancia marca la diferencia

Cambiar de productos no significa dejar de ser constante.
➡️ Los activos como el ácido hialurónico, la niacinamida o la vitamina C necesitan continuidad para dar resultados. No abandones tu rutina por el cambio de estación: ajústala, pero sé fiel.

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Con el cambio de estación también llegan ciertos descuidos o hábitos mal entendidos que pueden afectar negativamente a la salud de tu piel. Estos son algunos de los más frecuentes:

Uno de los errores más habituales. La piel grasa también puede estar deshidratada, y si no la hidratas, puede generar aún más sebo para compensar.
➡️ Solución: cambia la textura, no elimines el paso.

No reaplicar el protector solar

Aplicar SPF por la mañana no es suficiente si vas a estar al aire libre.
➡️ Si no reaplicas, pierdes protección y te expones a manchas, arrugas prematuras y quemaduras. Lo ideal: reaplicar cada 2-3 horas.

Usar exfoliantes agresivos con exposición solar

Exfoliar está bien, pero en verano la piel puede estar más sensible y el sol más intenso.
➡️ Exfoliaciones muy fuertes o el uso inadecuado de ácidos puede causar irritaciones o manchas.

Olvidarse del cuello, escote y orejas

Estas zonas también reciben sol y envejecen igual que el rostro, pero solemos ignorarlas.
➡️ Aplica protector solar, limpieza e hidratación también en estas áreas.

Una o dos veces por semana, puedes aplicar una mascarilla con ingredientes como aloe vera, ácido hialurónico o pepino.
➡️ Te ayudarán a calmar la piel después de la exposición solar y a mantenerla fresca y equilibrada.

Son perfectas para refrescarte durante el día sin alterar el maquillaje.
➡️ Aportan hidratación ligera y alivian la piel en momentos de calor intenso.

Beber suficiente agua y consumir alimentos ricos en antioxidantes (como frutas de temporada) también ayuda a mantener la piel saludable desde dentro.

Si tienes cosméticos abiertos desde hace más de un año o con texturas alteradas por el calor, es mejor no usarlos.
➡️ Elige siempre productos frescos, adecuados a tu tipo de piel y bien conservados.

¿Puedo usar retinol o ácidos en verano?
Sí, pero con precaución. Evita aplicarlos si vas a exponerte directamente al sol y refuerza el uso de protector solar. Si tienes la piel sensible o vas a estar mucho al aire libre, puedes reducir su frecuencia o hacer una pausa.
¿Qué hago si sudo mucho en el rostro?
El sudor no solo genera incomodidad, también puede arrastrar productos como el SPF. Usa productos no comedogénicos y resistentes al agua, y limpia el rostro con suavidad (agua micelar o toallitas específicas) sin frotar.
¿Es mejor cambiar de limpiador en verano?
Sí, en muchos casos. Si en invierno usabas limpiadores cremosos o aceitosos, puede que en verano prefieras uno más ligero, tipo gel o espuma, que ayude a controlar el exceso de grasa sin resecar.
¿Cuántas veces al día debo aplicar protector solar?
Al menos dos veces al día si estás expuesto al sol. Una por la mañana y otra a mitad de jornada si estás al aire libre o sudas mucho. Reaplica cada 2-3 horas en exteriores.

El verano no significa renunciar a cuidar tu piel, sino aprender a escucharla y adaptarte a sus nuevas necesidades. Cambiar texturas, potenciar la protección solar y evitar excesos son pasos clave para mantenerla sana, luminosa y equilibrada durante los meses de calor.

No hace falta complicar tu rutina: con ajustes inteligentes y productos adecuados, puedes seguir mimando tu piel y prevenir problemas típicos del verano como el acné, las manchas o la deshidratación.

Cuida tu piel, mantén la constancia y no olvides que el mejor producto es el que usas de forma regular.

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